viernes, 14 de enero de 2011

El dilema sobre el desarrollo y la contaminación

Uno de los más frecuentes dilemas con el que tienen que verse los movimientos ecológicos está relacionado íntimamente con el problema de los países subdesarrollados, y puede resumirse en la famosa frase de Indira Ghandi, primera ministra de la India: "La peor contaminación es el hambre".
En efecto, muchos de estos países, en su lucha contra la pobreza, deben esquilmar recursos naturales o invertir en procesos industriales que causan contaminación. De esa manera, incluyen como prioridad la búsqueda de desarrollo económico antes que los posibles problemas ecológicos que este desarrollo lleve consigo.

Nuestra opinión:
 
La contaminación y la sobreexplotación de los recursos naturales sin control en los países pobres actuales supone la destrucción de la Naturaleza, el agotamiento de estos recursos y posiblemente el hambre para las generaciones venideras.
En este dilema se enfrentan el derecho a la vida, y por extensión a una vida digna, de la generación actual contra el mismo derecho de las generaciones futuras. Éticamente no es defendible poner el mismo derecho de los habitantes actuales de los países pobres por encima del de los futuros; ambas generaciones tienen por igual el mismo derecho. La dignidad humana, de la que emanan los derechos humanos, es la misma para todas las personas, incluso para las que aún no han nacido y por lo tanto tienen los mismos derechos. Los habitantes actuales no pueden pisotear ese derecho de las futuras.
La solución a este dilema podría pasar por acciones como basar el desarrollo del país en:
-    Industrias menos contaminantes como industrias de servicios, de software, turística, etc.
-   Agricultura ecológica, menos contaminantes y más respetuosa con la Naturaleza.
- Industrias que desarrollen sistemas de descontaminación, depuración, energías renovables.
-   A la vez que se desarrolla la industria, se deberían adoptar medidas para eliminar la contaminación que producen, aunque ello encarezca sus productos.
Por otro lado los países ricos deberían ayudar a los pobres con aporte de tecnología y con dinero, para que la industria que desarrollen estos países sea sostenible desde el punto de vista contaminante y del consumo de recursos naturales y energéticos. Aunque sea sólo por motivos egoístas, en los estados desarrollados, repercutirá positivamente esa ayuda a los pobres, ya que la Naturaleza no tiene fronteras.
¿Consideras justificada moralmente esa decisión? Si tú hubieras estado en la posición de Indira Gandhi, ¿qué decisión hubieras tomado? ¿Piensas que existe una solución intermedia en este dilema? ¿Cuál?